domingo, 1 de mayo de 2011

Reunión 3.2: Agricultura

Resumen de la observación del grupo 5.2

Textos de Figueroa y Schejtman. BLOQUE DE LECTURAS DE AGRICULTURA. Economía América Latina. Fran Casamayor


“Desarrollo agrícola en América Latina”; Figueroa, A.

Texto de principios de los 90. En primer lugar, empezamos diciendo que se refiere al sector agropecuario, y que distingue entre agricultura capitalista y agricultura campesina.

Se basa en el estructuralismo de los años 50, y a partir de ahí atendiendo a elementos como el sistema de tenencia etc., analiza la situación de los años 60-70, crisis de los años 80 y los efectos en dicho sector. Y llega hasta la situación de principios de los 90 y propone determinadas políticas sectoriales para afrontar los cambios que se le presentan al sector nombrado. Los cambios que se plantean en los años 60,70, y también tras la crisis de los 80, hacen que entre en escena nuevos factores y un aumento del espectro de las preguntas que no recoge ni atiende el estructuralismo; pero sí lo hará más tarde el neoestructuralismo.

A continuación destacamos que ante estos cambios en la región destacan las políticas de ajuste en la agricultura. Políticas favorables al dinamismo global y a la sustitución de importaciones (favorables pues al agro exportador). Pero estas políticas son desfavorables a la agricultura de subsistencia que es en la que se producen alimentos destinados al mercado nacional, y paradójicamente, es también el ámbito en el que se presenta la pobreza. Abriéndose, con ello, un nuevo escenario que es el de la seguridad alimentaria. Y es, en este sentido y teniendo en cuenta estas circunstancias, por lo que el autor propone determinadas políticas sectoriales como reformas agrarias, cambios en las políticas y disposición del crédito etc. También, atendiendo a este contexto de reformas, hablamos de desarrollo sostenible y aumento de la capacidad adquisitiva de alimentos. Y, para ello, subrayamos la necesidad de incentivar la concentración de la renta en aquellos sectores de la población medios que destinan su renta al consumo de bienes necesarios e imprescindibles y no a bienes de lujo (que son de importación). De esta manera también se evitaría el déficit estructural de la balanza comercial.

Dicho esto, nos centramos más concretamente en el tema de la ayuda crediticia. Y hablamos de un sistema de crédito garantizado por el Estado para evitar la desventaja que generan los mecanismos propios del mercado en los pequeños productores con respecto a los grandes productores (es tal la desventaja que la banca ya ni invierte en estos pequeños sectores porque no es rentable). Y es por ello por lo que se presentan diferentes opciones como hacer un uso flexible del crédito, unas tasas de intereses subsidiarios, largos plazos de devolución para que los pequeños productores inviertan en tecnología (la inversión del pequeño productor agrícola en nuevas tecnologías es mucha más costosa que la del gran propietario partiendo ya simplemente de los costes de transacción…).


“Las dimensiones urbanas en el desarrollo rural”; Schejtman, A.

Texto de finales de los 90 y toma de referencia un contexto “macro” destacando que para evitar desigualdades el proceso de modernización agrario se había de concentrar en determinados productos.

Plasma con constancia la unidad familiar frente a las grandes empresas que están arrendando las tierras de las primeras y en éstas fabrican sus productos. En este contexto habla también mucho del enriquecimiento de los intermediarios hacia los mercados que se llevan gran parte del valor del producto. Y en contraposición a ello, aboga por el impulso de determinadas políticas para las pequeñas familias rurales.

Así, pues destacamos que plantea (partiendo de su diferenciación entre grandes haciendas y pequeños productores de ámbito familiar) políticas impulsadas por el Estado que tengan en cuenta esta diferencia. Estas políticas abogando por una mayor descentralización y un aumento de poder de los ámbitos locales en los que es mucho más difícil acceder a recursos, a tecnologías, a créditos etc.

Además en las zonas rurales el empleo crece pero hacia tendencias de autoempleo no productivas y que son rurales pero sin tener porque estar relacionadas con la agricultura. Y este empleo viene condicionado, además, por diferentes variables como la educación, género etc. Es decir, que detrás de él hay toda una estructura social (toda una lógica) que hace que este empleo no vaya más allá de salir de la pobreza.

Le da también importancia, y esta relacionado con todo lo anterior, al ámbito institucional para establecer vínculos entre el mundo rural y urbano (cada vez más interconectados por los fenómenos migratorios). Y en este sentido, saca la lectura de que es bueno también, aunque se da el caso de hiperurbanización unido a pobreza, la salida hacia el ámbito urbano de mano de obra para que mejore la calidad de vida de los que se quedan en el ámbito rural. Esto es, no propone esta hiperurbanización si no que se refiere al desarrollo de las zonas rurales atendiendo a una descentralización, a dar protagonismo a la institución local etc. Se refiere a un modelo en red, un modelo de interconexión.

A continuación hacemos referencia al modelo Romani en el que se plantea la transición de una visión de la agricultura dual, de subsistencia, heterogénea…a una visión que enfoca, más que a la agricultura, al territorio rural y su desarrollo en cuanto a servicios, recursos, tecnologías, fomento de actividades alternativas etc etc.

Luego a continuación , nos preguntaremos si basta con la actuación institucional o hace falta también una legitimidad de la población. Y en este sentido se plantea la idea de hacer una lectura circular del texto y ver que nos muestra que no ha sido eficaz la simple presencia del movimiento migratorio , si no que es necesario también una legitimidad social.

En términos de desarrollo de estas zonas rurales (locales) nos referimos al proyecto LiDER en Europa, a partir del cual, tomando como referencia un ámbito muy concreto que es el de la mancomunidad, se planifica y se implementa el desarrollo de determinados territorios. Y es esta lógica la que hay detrás del planteamiento de Schejtman.






Al atender a redes de ciudades es más fácil hacer una racionalización de los recursos para hacer llegar servicios, infraestructuras, bienes, etc.

Pero, se plantea quién lleva el capital a estas zonas. ¿Y sí no hay demanda? No solo se habla en términos económicos si no que se refiere a un desarrollo que en determinados parámetros no exige demanda como tal, si no que exige impulso. Y este desarrollo parte de un proceso de descentralización gubernamental, un aumento de la capacidad de decisión y comunicación de estas zonas etc. Esto es impulsar todas aquellas políticas que después permitan crear una estructura que soporte el desarrollo económico (y no a la inversa). CAMBIAR LA ESTRUCTURA por parte de los poderes públicos, y después, se daría un desarrollo económico. Pero esto, y si trata de forma muy relacionada, exige de un fuerte sistema democrático para que las reformas y la llegada de inversión tenga resultados fructíferos y no se queden en propiedad de unas minorías excluyentes.

Como conclusión decimos que se trata de un texto de transición hacia un determinado modelo de desarrollo territorial y es por ello por lo que no deja muestras claras de los resultados de este modelo. Pero sí que queda claro, y esta es la idea “fuerza” del texto, que la mejor solución de los problemas rurales proviene de las propias zonas rurales (DESARROLLO= AUTODESARROLLO). Y en este sentido comentamos que se pueden ver casos de todo tipo: claros ejemplos interesantes e innovadores, otros menos existosos, otros más dibujados que reales etc. Pero sí que es claro que la corriente que se ha impulsado en América Latina en el sentido de estos modelos de desarrollo territorial es una corriente que domina, y en muchos casos, van de la mano de organismos multilaterales.

(Fran Casamayor)

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